05 fevereiro 2013

El temascal


Por: Sarah Proechel, doula, yerbera y una estudiante de la partería. 





En la región de las alturas occidentales guatemaltecas, el temascal, o sea el tradicional baño de vapor mesoamericano, es parte importante de la estructura de la vida comunitaria. Por lo menos en la región de Concepción Chiquirichapa, y quizás en otros lugares también, casi todo hogar tradicional o moderno se construye con un temascal en el patio. El uso principal es para el baño, pero igualmente para curar enfermedades, aliviar las molestias del embarazo, y para la recuperación después del parto.
Antes de la llegada del cemento a Guatemala, los temascales, llamados chuj en mam, se construían de adobe. Los más recientes son de bloques de cemento. El típico mide dos metros y tiene techo puntiagudo. Se calienta la estructura por medio del fuego que se prende adentro. El fuego quema una o dos horas con la puerta abierta para que escape el humo. En el fuego se calienta una olla grande de agua. Para el baño del posparto, se añaden las hierbas medicinales al agua. Estas pueden ser eucalipto (Eucalyptus spp.), salvia santa (Vervenaceae), y manzanilla (Matricaria courrantiana), u otras hierbas aromáticas. Una vez que queda el carbón y no hay más humo sino solo el calor, se cierra la puerta. Dependiendo del tamaño del temascal, la familia entera puede entrar juntos, o sino, bañarse en turno.

Durante el primer trimestre del embarazo, es costumbre que la mujer entre al temascal con la partera para aliviar la nausea y las molestias generales. La comadrona proporciona un masaje al cuerpo entero con el jabón negro, y sopla el vapor en la vagina para calentar el útero y el bebé.

En los primeros días del posparto, casi toda mujer, aún las que han dado a luz en el hospital, entrará al temascal para recibir los baños. Es una costumbre arraigada en la región. Se cree con profundidad y fortaleza que el baño ritual del posparto es esencial para la salud de la madre. En la mayoría de los casos la familia prepara el baño y se espera que la partera entre al temascal con la mujer que ha dado a luz. El baño del posparto es normalmente mucho más caliente que el baño de la familia, por los propósitos sanadores. La comadrona enjabona el cuerpo entero de la mujer con el jabón negro, y pone especial atención en el abdomen, para que sane el útero, y en la espalda, para que fluya la leche. El jabón negro es muy resbaladizo y sirve para dar un masaje excelente. Además del vigoroso masaje, la mujer también recibe el tratamiento de los golpecitos con ramas de hierbas. Las ramas del chik´jol(Stevia plycephala), la chilca (Senecio salignus), o sauco (Sambucus mexicana o canadensis) forman el ramillete de hojas. Con ellas la partera da golpecitos al cuerpo entero de la mujer, inclusive el área vaginal, para aumentar el calor y la circulación de la piel. Este tratamiento en conjunto con el calor del temascal se siente maravilloso y vigorizante.
Además del tratamiento al cuerpo entero, otro ritual importante del baño que ofrece la partera es lo que llamaré el tratamiento a la vagina con vapor. Primero se tira agua sobre las piedras calientes para formar nubes intensas de vapor. La madre se pone en cuatro con la partera atrás. Ella cuidadosamente abre los labios vaginales y sopla el vapor sobre los genitales. El calor y el vapor de hierbas entran el útero para ayudar a cicatrizar la herida dejada por la placenta. El tratamiento es igualmente útil para sanar laceraciones perineales, episiotomías, y las heridas de las cesáreas. Todas las comadronas que entrevisté estaban de acuerdo en que este tratamiento ayuda mucho a la recuperación del parto, sana las heridas y elimina las infecciones. Aunque anteriormente se tomaban los baños hasta veinte veces después del parto, hoy se toman de cuatro a seis veces, sea a diario, o pasando un día.
El aspecto principal no solamente del baño, sino también del jabón negro y de las hierbas utilizadas, es el calor que proporcionan. Las hierbas y el jabón negro son "calientes." Este calor no se refiere necesariamente a la temperatura, sino que a la idea del calor medicinal o la calidad de calor que se encuentra en la cosmología maya. La calidad caliente de las hierbas y el jabón, y la temperatura del vapor formado por el agua sobre las rocas, proporcionan el calor que el cuerpo de la madre necesita, especialmente el vientre, que se cree es "frío" después del parto. Es importante mantener abrigada a la madre para que sane el vientre y no se enfríe la leche. El bebé también entra al baño, pero solamente cuando se haya enfriado un poco.

El fuego del temascal también sirve para disponer de la placenta. Quemarla es parte importante del ritual de sanidad para el vientre. Se cree que el vientre y la placenta mantienen una conexión aunque estén separadas después del parto. Así que al poner la placenta en el fuego, a su vez se calienta el vientre y al encogerse con el fuego, se encoge también el vientre.
Cuando la madre termina el baño, sale del temascal muy bien abrigada de pies a cabeza para no resfriarse. No se puede desestimar la importancia de tapar la cabeza y mantenerse abrigada al salir del temascal. Resfriarse después del calor del temascal significa enfermedad segura. Sigue el descanso en cama y se toma un vaso grande de atol de maíz y una tasa grande de té de pimpinela(Poterium sanguisorba), pericón (Tagetes lucida), y manzanilla para reponer los líquidos y proporcionar energías. Por medio de este tratamiento la madre se siente saludable, renovada y fuerte y puede amanecer con energías y sin dolor.



En resumen, el baño en el temascal es un aspecto importante de la práctica de partería, la salud de la mujer que da a luz, y la identidad comunitaria para las personas en los alrededores de Concepción Chiquirichapa. Además de proveer baños ordinarios y salud general, también es un medio importante de mantener la salud durante el embarazo, la sanidad posparto, y el bienestar general de la nueva madre.





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